Aún para los retractores de
Alejandro González Iñarritu (me incluyo en este grupo), Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia fue una grata
sorpresa en el 2014; con un trabajo sobresaliente en cada departamento que
quisiéramos analizar.
Una sólida actuación por
parte del protagonista, lo cual nos demuestra sin lugar a dudas que Michael
Keaton es en verdad Bat...Birdman.
Con fotografía soberbia,
llena de planos secuencia (lamento decirles esto, pero la pelicula NO está
hecha en una sola toma) que nos sumerge en el mundo del teatro, retratado de
manera genial por un maestro del cine como Emmanuel "Chivo" Lubeski,
cuyo trabajo se ve complementado por un gran trabajo de montaje.
Y no podemos dejar de
mencionar el aspecto musical, de no ser así, esta reseña no tendría ningún
sentido.
Antonio Sánchez (1971) es un
reconocido baterista dentro del mundo del jazz, con varios proyectos como
solista, siendo Birdman su primer acercamiento al cine.
El score; compuesto
únicamente a base de batería, logra lo que muchos scores de grandes
producciones de Hollywood no; formar parte del film, no robarle atención a la
imagen sino coexistir de manera armoniosa para que nosotros como espectadores
no prestemos demasiada atención a un aspecto en específico sino que seamos
receptores de una obra conjunta.
Desde el inicio del film, el
score se siente realmente como parte de la película, la cual al desarrollarse casi
por completo en el interior de un teatro, asumes que es parte de los ensayos de
la obra What We Talk About When We Talk
About Love, supongo que ese era el objetivo del director al trabajar con
Antonio Sánchez, hacer que la música se sintiera como si estuvieras dentro de
algún ensayo de Broadway.
Es así como a lo largo 16
tracks compuestos específicamente para el film, Sánchez nos entrega piezas que
van creciendo conforme la psique de Riggan Thomson va deteriorándose acto tras
acto.
En los tracks iniciales,
Sánchez nos da pequeñas muestras de lo que está por venir, aumentando el ritmo
hasta que de repente termina el track y pasas al siguiente, dejándote con ganas
de destruir tu reproductor.
Y es ahí donde vemos la
virtud de este OST, te da muestras rítmicas de lo que está por venir y te
permite darle el cierre que desees, deja el camino para la improvisación.
El álbum también presenta
unas cuantas melodías clásicas, de grandes compositores como lo fueron Gustav
Mahler (1860-1911), Tchaikovsky (1840-1893) y Maurice Ravel (1875-1937) entre
otros; compositores que se encuentran entre los favoritos del realizador
mexicano.
Get Ready, Doors and Distance, Internal War y The Anxious Battle for
Sanity.
Se puede encontrar fácilmente
en cualquier tienda de música digital, pero si son como yo y creen en el poder
de la música física, se encuentra en una que otra tienda especializada, de esas
con fachada metálica y letras amarillas por un precio de $300.00 aprox.
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