jueves, 19 de febrero de 2015

CUANDO EL SUPER HÉROE QUIERE HACER TEATRO...

Aún para los retractores de Alejandro González Iñarritu (me incluyo en este grupo), Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia fue una grata sorpresa en el 2014; con un trabajo sobresaliente en cada departamento que quisiéramos analizar.

Una sólida actuación por parte del protagonista, lo cual nos demuestra sin lugar a dudas que Michael Keaton es en verdad Bat...Birdman.

Con fotografía soberbia, llena de planos secuencia (lamento decirles esto, pero la pelicula NO está hecha en una sola toma) que nos sumerge en el mundo del teatro, retratado de manera genial por un maestro del cine como Emmanuel "Chivo" Lubeski, cuyo trabajo se ve complementado por un gran trabajo de montaje.

Y no podemos dejar de mencionar el aspecto musical, de no ser así, esta reseña no tendría ningún sentido.
Antonio Sánchez (1971) es un reconocido baterista dentro del mundo del jazz, con varios proyectos como solista, siendo Birdman su primer acercamiento al cine.

El score; compuesto únicamente a base de batería, logra lo que muchos scores de grandes producciones de Hollywood no; formar parte del film, no robarle atención a la imagen sino coexistir de manera armoniosa para que nosotros como espectadores no prestemos demasiada atención a un aspecto en específico sino que seamos receptores de una obra conjunta.
Desde el inicio del film, el score se siente realmente como parte de la película, la cual al desarrollarse casi por completo en el interior de un teatro, asumes que es parte de los ensayos de la obra What We Talk About When We Talk About Love, supongo que ese era el objetivo del director al trabajar con Antonio Sánchez, hacer que la música se sintiera como si estuvieras dentro de algún ensayo de Broadway.

Es así como a lo largo 16 tracks compuestos específicamente para el film, Sánchez nos entrega piezas que van creciendo conforme la psique de Riggan Thomson va deteriorándose acto tras acto.
En los tracks iniciales, Sánchez nos da pequeñas muestras de lo que está por venir, aumentando el ritmo hasta que de repente termina el track y pasas al siguiente, dejándote con ganas de destruir tu reproductor.

Y es ahí donde vemos la virtud de este OST, te da muestras rítmicas de lo que está por venir y te permite darle el cierre que desees, deja el camino para la improvisación.

El álbum también presenta unas cuantas melodías clásicas, de grandes compositores como lo fueron Gustav Mahler (1860-1911), Tchaikovsky (1840-1893) y Maurice Ravel (1875-1937) entre otros; compositores que se encuentran entre los favoritos del realizador mexicano.
 Aunque es un álbum que debe de escucharse de principio a fin para poder comprender su nivel de belleza y de complejidad, sobresalen los siguientes tracks:
Get Ready, Doors and Distance, Internal War y The Anxious Battle for Sanity.

Se puede encontrar fácilmente en cualquier tienda de música digital, pero si son como yo y creen en el poder de la música física, se encuentra en una que otra tienda especializada, de esas con fachada metálica y letras amarillas por un precio de $300.00 aprox.

EL ÁLBUM EN UNA PALABRA: HIPNÓTICO.








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